lunes, 13 de julio de 2015

SKYRIM durante la transición


Los de Bethesda Softworks saben cómo hacer bien las cosas. O sabían, porque menuda decepción nos ha supuesto a tantos fanáticos de la poderosa saga The Elder Scrolls que, el tan esperado "Oblivion pero online" tuviera unas suscripciones tan poco accesibles. Estoy hablando de un error similar al que cometió Bioware con su billonario Star Wars: The Old Republic, pero ese es un arenal en el que no me meteré hoy.

Cuánto tiempo sin escribir por aquí. Es un placer, desde luego. Cuando uno saca un poco de tiempo, recuerda que vale la pena entrar una y otra vez en el mundo de los videojuegos. La quinta entrega numerada de The Elder Scrolls, ambientada en la región nórdica y helada de Skyrim, así lo demuestra. ¡Madre mía! Hace ya tres años que salió al mercado esta obra maestra del rol occidental. Recuerdo la expectación que generó en su momento. Estábamos todos entusiasmados. Cinco años habíamos esperado para ver la tan ansiada secuela de Oblivion, y vaya si valió la pena esperar.



La propuesta, sin duda, fue muy buena. Clásica, pero efectiva. Épica, pero sin abusar. Ese aroma a rol de fantasía entre dragones y mazmorras llevado al siglo XXI con una eficacia difícilmente superable. Explorar un mundo nuevo donde no hay tiempo de aburrirse y fascinarse con una historia de hechizos y leyendas. Bethesda Softworks puso las cosas en orden y asentó, definitivamente, las pautas que había seguir para crear un juego de rol de fantasía accesible a casi todo tipo de jugadores. Skyrim es la Constitución del rol de acción occidental. ¿Por qué? Muy fácil.

No es un juego excesivamente complejo. Hay que conocerlo, es cierto, y estudiar el funcionamiento de su sistema como juego de rol que es (magia, combinaciones, clases, encantamientos, y un largo etcétera del que no me acuerdo), pero se hace introducir a sí mismo como un juego interesante en el que dan ganas de seguir. Esto, amigos míos, es crucial. He jugado recientemente juegos de rol que podrían ser geniales pero que, al comenzar, dan ganas de dejarlo por lo aburrido y complicado que se ofrece de buenas a primeras.

El estilo gráfico es marca de la casa. Paisajes fantásticos y un estilo visual lo suficientemente cuidado como para hacerlo atractivo, además de un diseño de mapa cuidadosamente elaborado. Dan ganas de adentrarse en los bosques de Skyrim o entrometerse en los asuntos de algún clan de forajidos que se esconde en un fuerte a las afueras de la capital. Dan ganas de descubrir qué habrá dentro de esta casa o aquella, y qué se estará tramando ese hombre sentado en la mesa junto a la ventana. Es un juego vistoso, y esto es muy importante también.

La jugabilidad es completamente accesible, con un sistema de combate que podría dominar mi hermanito de 12 años. Aunque él juega bastante mejor que yo a juegos de rol (menuda influencia que soy). Además, se dispone la posibilidad de cambiar entre cámara en primera y tercera persona. Mucho de lo ya mencionado lo encontramos en Fallout 3, otra obra maestra de Bethesda en el rol/acción de mundo abierto.



No hay forma posible de engañar: Skyrim es un lugar precioso. Poco me falta por mencionar, más que un sistema de menú y habilidades perfectamente diseñado para que sea entendible y rápido. Como suele decir mi padre, que es analista programador: "Por mucho que sepas programar, no crees un monstruo". Hay juegos que a programática y conceptualmente tienen un nivel estratosférico, pero son monstruos que poca gente es capaz de entender. Skyrim consigue atravesar ese bache con un éxito rotundo.

Por último, no puedo acabar esta crítica sin mencionar la maravillosa banda sonora que este videojuego dispone, compuesta por nada menos que Jesper Kyd, compositor también de la banda sonora de TES: Oblivion, Guild Wars 2, Assassins Creed II, Harry Potter y el Prisionero de Azkaban, y muchas más. Un genio. Este hombre era el último ingrediente que necesitaba Skyrim para crear ese ambiente único, esa carisma especial.



Este juego lo jugué en su momento varias veces y ninguna cuajó por diversos motivos (ninguno es que no me gustara). Pero esta vez lo he comprado definitivamente por una cifra de risa en Steam y le estoy dando caña como nunca. Desde luego, puedo decir que Skyrim vivirá bien los años venideros. Entrará la generación y aún miraremos a Skyrim como algo cercano, y sobretodo, como una referencia. Desde noviembre del 2011, cuando buscamos un juego de rol, fácilmente acabamos diciendo cosas como: "Yo quiero algo tipo Skyrim" o "Este juego me gusta porque se parece a Skyrim". A muchos no les gustó tanto como Oblivion, pero hay que reconocer que lo que ha conseguido esta entrega de Bethesda Softworks lo han conseguido muy pocas en la historia de los videojuegos.

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